"Santo Lavado, Pata y Cabeza, Consagración: ¿Modas y Caprichos?"
Haciendo un poco de historia, nos damos cuenta que hasta la llegada de la Etnia Oyó en grandes números a la Isla, la religión Lucumí había sido conducida con la forma más personal de adoración, la cual era de orientación familiar y que a su vez era practicada más comúnmente en las instalaciones yoruba de África. Esto era llamado Santo Parado o Santo de Dotación. En ese sistema, el Orisha era consagrado para la instalación o la casa entera. Por medio de la posesión o consultando los oráculos, un representante de la familia era seleccionado para atender la adoración de la deidad y ciertas ceremonias eran realizadas para conceder a este individuo el derecho de hacerlo. Esta persona, aunque era considerada un Olorisha porque él o ella atendían a la deidad, no estaba debidamente consagrada en el sacerdocio; es decir, no estaba “Coronada”. Después de haber sido autorizado, la persona podía realizar rituales de limpieza, adivinación, ofrendas y otros ritos para la instalación o la comunidad, ritos que en cualquier otra parte eran típicamente realizados por un Olorisha consagrado. A la muerte del individuo, un pariente elegido previamente por el difunto o determinado por adivinación, heredaría la deidad. Este tipo de adoración en Cuba, cayó en obsolescencia.
El Santo Lavado, es algo que se conoce en Cuba, de la misma forma que se conoce el Orisha coronado.
El Santo Lavado, es la consagración de un Orisha en particular, el cual no se asienta en la cabeza de la persona y el cual se le entrega muchas veces por circunstancias particulares, de estabilidad, evolución, pero por lo general, por motivos de salud. En antaño, las personas no se hacían el Santo Lavado solo para pasar a Ifá. Claro, antes existía un respeto por la autoridad religiosa y la gente obedecía lo que se le decía. Ahora se le dice eso a alguien y no lo acepta, pues todo el mundo quiere ser Ori Ate o Babalawo, ya que al parecer se acabó la época de las tribus y todo el mundo quiere ser cacique, aun cuando no esté en su camino serlo. Si Ifá les dice que no tienen que hacerse Ifá, se acomplejan y dicen ¿Por qué no?, algo así como decir: ¿Quién es Ifá para decir que no, si yo tengo el dinero? Lo cierto es que el Santo Lavado era algo normal, había gente que moría solo con un Santo Lavado que le entregó su padrino y duraban años. Claro, eso en la actualidad, como la religión se ve de otra forma, es totalmente inaceptable y no conviene, pues no pueden participar o hacer ninguna ceremonia de Ocha.
Antes, los viejos nos enseñaron por ejemplo, que los hijos de Santos Guerreros, no tenían necesidad de Coronar Ocha para pasar a Ifá, solo lo coronaban si iban a quedarse en Ocha. Hoy en día, con la moda de que todo el mundo tiene que pasar por Ocha antes de pasar a Ifá, le mandan por la cabeza el Ocha y luego los pasan a Ifá, porque si no, son considerados unos “Sacerdotes Incompletos”. Debemos saber que estamos muy mal en eso, ya que ni todo el mundo tiene que pasar a Ifá, ni todo el mundo tiene que consagrar Ocha para pasar a Ifá. Con esto no estamos apoyando la moda adjunta que se ha desarrollado de hacerle Santo Lavado a todo el mundo, porque no cuentan con los medios para las dos consagraciones, pero tampoco aceptamos ni permitimos que se les quiera imponer un Santo Consagrado, a quien quizá no tiene necesidad de consagrarlo.
El Babalawo debe ser respetuoso del Oráculo de Ifá y si Orunmila dice en el Odu que la persona es Omo Elegbara (por ejemplo) y debe consagrarse en Ifá, no tiene porque preguntar si consagra Ocha. Hace años está establecido que los hijos de Ochas Guerreros que tienen pase a Ifá, no consagran Ocha en la cabeza y se debe respetar. Tampoco se trata de querer meter a todo el mundo con Santo Lavado, solo porque la persona no tiene los medios para pagar las dos consagraciones o tan solo por gusto. Hay personas que tendrán que pasar por la Ocha, unos primero tendrán que cumplir con la Ocha, otros no. El punto real del asunto, es que se debe respetar nuestra tradición como se nos legó, sin imponer nada de ningún lado. Hoy le marcan Ifá a todo el mundo, aún cuando no sea su camino ¿Creen que eso es conveniente? Claro que no. A ningún Babalawo, ni a ningún Olorisha le conviene que se consagren personas que lo que van a hacer es denigrar a Ifá y a la Ocha misma. Ahora, el que tiene que pasar, tiene que pasar y no es que uno puede elevarlo a la Corte de Apelaciones, para que le den lo que esa persona considera que es su “Legítimo Derecho Divino”.
Otro punto que vale la pena destacar, es que hoy en día vemos como Madrinas y Padrinos desconocedores, buscan a un Ori Ate, más desconocedor aún. El Ori Ate, debe ser una persona que estudie mucho todo lo concerniente a la Ocha, pero vemos como hoy esos Ori Ate quieren interpretar Diloggun por medio de un Corpus de Ifá lo cual, como ya hemos mencionado, no es correcto. Con tan solo ver semejante exabrupto, una madrina o padrino, debe alejarse de esa persona, pero vemos con más consternación, que ese es precisamente al que escogen, quizá sin saber que al usar el Corpus de Ifá para interpretar Diloggun, le dará al Iyawó un mensaje totalmente tergiversado.
Uno de los responsables más grandes de las atrocidades religiosas que vemos, después de la falta de escrúpulos, es la Ignorancia. Muchas veces los Olorishas, no saben ni siquiera hacer un Santo Lavado. Mucho de esto ocurre por cadenas lamentables de mala enseñanza y la poca comprensión de nuestras tradiciones y cultura religiosa. Muchas veces vemos como en estas consagraciones de Santo Lavado, no se tiran los caracoles del Santo que se está lavando, ni se hace Osun (Ozuboruro). De hecho, muchas veces se ve oposición por parte de la madrina o padrino de la persona, de que este paso tan necesario e importante, se haga. Si un Santo se Lava y no se le da su cuatro patas para tirar los caracoles, a este Ocha no se le podrá dar animales de cuatro patas nunca más para que hable. Lo que no se hizo durante la consagración, no se puede hacer después. En otras palabras, este Santo, podrá comer cuatro patas para Itá, sino que solo lo podrá hacer para Ebbó, ya que no puede tener Itá, porque nunca lo tuvo.
Lo peor de todo esto, es que la gran mayoría de las veces que se hace un Santo Lavado, es bajo el argumento que el Ocha debe recibirse por SALUD, pero al no darle un animal de cuatro patas al Diloggun de ese Santo Lavado, usted ha puesto en riesgo total la vida de la persona, a la que supuestamente se lo está entregando por ese motivo. Todo por ahorrarse el precio de un cuatro patas ¿Podrá creerse? Si usted no ha tirado la letra con la que viene ese Santo y no ha hecho Osun (Ozuboruro), para que el Santo hable en ese momento o en el futuro a la persona que Usted se lo está entregando, este Santo no estará haciendo absolutamente nada por la salud de esa persona, ya que no se le puede preguntar NADA, para que ese Ocha hable con su Diloggun.
En otras palabras, si la persona se enferma de gravedad, el santo que recibió “por su salud”, no le puede hablar, ni le puede aconsejar, ni le puede decir nada, ya que la madrina o padrino o peor aun, el Ori Ate, decidieron que era mejor que ese Santo fuera un adorno más de la casa. Entonces es cuando corren a darle un cuatro patas al Orisha en cuestión, pero al Orisha de la madrina o padrino, para que este sea el que hable ¿Entonces para que le dio el Santo por salud a la persona, si al que le iban a preguntar era al Santo de la madrina o el padrino? ¿Fue por desconocimiento o por razones comerciales? ¿Solo para cobrar el santito y a la vez el derecho de darle cuatro patas al Orisha del Padrino o madrina? Como se puede observar, la persona a la que supuestamente debe beneficiar este Santo, realmente no lo está beneficiando en nada, porque ese santo lo dejaron MUDO, en la consagración. Ahora, al entregar este Orisha con plumas, este no se puede entregar a nadie con cuatro patas.
Antes de la llegada de Efunshé a Cuba y el advenimiento de los Oyó a la Isla, la consagración de los Olorishas, consistía en una ceremonia en la cual se recibían dos Orishas: Elegba y el Orisha tutelar específico que había sido identificado por los oráculos y que conocemos como Ángel de la Guarda. A este tipo de consagración se le llamaba Pie y Cabeza, ya que proporcionaban al principiante el Orisha tutelar, así como también Elegguá, que representa los pies con los cuales uno viaja a lo largo del camino de la vida. Si el individuo necesitaba otros Orishas, los oráculos determinarían eso al tercer día de la ceremonia de consagración.
La tradición oral dice que cuando Efunshé1 llegó a Cuba, introdujo un número de Orishas adicionales en la ceremonia de consagración. Asombrosamente y a pesar del origen Egbado de Efunshé, los de la Etnia Oyó en Cuba consideraron que la mayoría de estos Orishas tenían fuertes lazos con Changó y por tal motivo con Oyó y no con la tradición Egbado. Desde entonces, cuatro Orishas – Obbatalá, Yemayá, Ochún, y Changó – junto con Elegba, fueron considerados los pilares principales de la consagración Lucumí. Oyá entra más tarde en estas consagraciones.
Hoy en día, la consagración en Pie y Cabeza en Cuba es extraña, aun cuando usualmente en Nigeria se hace de esta forma. Quizá existan algunos con Santo de Pata y Cabeza, pero debemos tener en cuenta que luego de la llegada de Efunshé se produjo un proceso de unificación entre los diferentes Orishas y si una persona hoy por hoy se consagra en Pata y Cabeza, por ejemplo Changó, solo podrá entrar a las consagraciones de Changó, pues si no le pusieron Ashé de Yemayá o de Obbatalá y no se los presentaron a la cabeza ¿Cómo va a entrar a sus rituales?
Para los efectos de nuestra religión hoy en día, realmente ese es el único problema que existe con este tipo de consagración. No se trata de un Orisha mal consagrado (en el caso donde esté bien hecho), no se trata de algo que no sirva, no se trata de un invento, pues era como antiguamente se hacían las consagraciones. Claro que al unificar los diferentes Orisha en una sola consagración, fue lo que luego se convirtió en la Regla de Ocha, por lo que si una persona a la que solo se le consagre su Orisha tutelar, (Changó por ejemplo), no puede entrar en un Igbo Ocha donde se esté consagrando Yemayá o cualquier otro Orisha.
De esta forma es como se trabaja también en Nigeria, donde los Orishas se trabajan por separado y un Omo Oggún, no puede meterse en un Igbo Ocha de Changó u otros. Insistimos en que no es que el Santo este mal consagrado y no es ningún invento, solo que al romper el esquema que se impuso, ya la mayoría de los Ilé no le van a permitir participar en consagraciones de Orishas distinto al suyo. Si a la persona, no le interesa participar en estas ceremonias, pues lo único que debe interesarle es estar en paz con su Ángel de la Guarda.
Otro punto importante en este tipo de consagración, es que luego se pueden recibir con el tiempo los otros Orishas, utilizando el mismo principio de Santo Lavado, solo que no van a la cabeza del iniciado y por lo tanto, en nuestra tradición afrocubana, lo que no fue a la cabeza de ese iniciado, este no lo puede hacer en cabeza de nadie. Es por eso que hacemos énfasis en que si una persona se consagra en un solo Orisha, él solo podrá consagrar ese Orisha que fue a su cabeza y tendría que ser de la misma forma que se lo hicieron a él, pues no podría entregar a ningún otro de los que no “coronó”, aun cuando luego los reciba, ya que cuando se reciben en forma de Addimú, es solo para que la persona los atienda y estos le den consejos, pero no para asentárselos a nadie.
1 Una de las principales madres de nuestra religión en Cuba y que se conocía como Ña Rosalía Abreu, aunque existe confusión sobre su apellido español: Abreu, Agramosa, Gramosa, Rosalía y Rosarena todos se han mencionado como apellidos posibles para la princesa Lucumí. La mayoría de los Olorishas se refieren a ella como Ña Rosalía, o por su nombre Lucumí, Efunshé, pero rara vez mencionan un apellido español. También le han otorgado otros nombres y hemos encontrado el de Ña Victoriana Rosalía. Sin embargo, el pensamiento actual dice que Abreu era el apellido más probable (Ramos, 2008).
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